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viernes, 5 de junio de 2020

SANIDAD DIVINA

LECCIÓN 11. SANIDAD DIVINA

El primer pacto que el pacto que el Señor (Jehová) hizo con los hijos de Israel después de librarlos de Egipto, fue un pacto de sanidad.

El Señor dijo, Éxodo 15:26 “… Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”

En algunas traducciones se lee “Porque yo soy Jehová tu medico”

Siendo Dios nuestro médico, tenemos al más capaz de todo el mundo.
Mateo 2:23-24 “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó”

Hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”

El sufrimiento substitutivo del Señor Jesucristo, pago por la sanidad de nuestro cuerpos, igual que pago por la salvación de nuestras almas porque Isaías 53:5 “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”

Mateo 8:17 “…El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”

1Pedro 2:24 “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”

De todo esto vemos que la sanidad divina del cuerpo está en la expiación.
Siendo verdad esto, la sanidad es para todos los que creen.
Jesús dijo que los creyentes, “…sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán

Más tarde Santiago escribió en su carta todas las iglesias: Santiago 5:14-16 “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”

Todas estas promesas son para la iglesia de hoy.

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